viernes, 27 de abril de 2012



No sabría como explicártelo. No me gustas por lo que eres, que también. Sino por lo que me haces sentir. No puedes imaginarte el calor cuando me tocas, las prisas por pegarme a tí cuando cerca nunca es suficiente, la magia de tus manos. Que sé eso de que al principio es como que se te va la cabeza, que te vuelves loca... pero, lo cierto, es que hay veces que me quedo sin aliento, y siempre es por tu culpa. Que no hay nada que pueda detenerme cuando me miras, que se me va la razón y la ciencia, y siempre me sobra lo que se supone que es correcto y moral cuando hablamos de tí... pero, aún así, no te hablo de eso, te hablo de cuando sonríes de lado y todo lo imposible se hace posible en un segundo, cuando dices que sí, que me quieres y que joder, el mundo es tan pequeño cuando estamos los dos juntos que me quedaría a vivir en tu cuarto. Que sí, que pueden decir lo que quieran, que el amor se gasta y al final, casi mata... pero todo eso que haces cuando caminas y me agarras y dices que cuando sonrío no hay nada mejor, es lo más cerca que he estado de tocar el cielo en mi vida, ¡y a la mierda!, el cielo y hasta el puto cosmos, que cuando me haces temblar y todo eso, cuando me miras, ya lo sabes, que es superior a mí y a mis fuerzas, que te quiero, joder, y que no hay nada que no haría por sacarte una sonrisa de esas tuyas. Nada...

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